Federico Rey, el interno que cumplía condena en la Unidad 23 de Florencio Varela, no murió por un puntazo como informó el ministerio de Justicia bonaerense. La causa de su muerte fue una bala de plomo.

Así lo afirmó la Comisión Provincial por la Memoria a través de un comunicado. "Agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense lo asesinaron con balas de plomo", dice ese organismo estatal autónomo sobre el motín que ocurrió el miércoles en el Complejo Penitenciario de Florencio Varela. La Comisión agrega que "posteriormente, para garantizar la impunidad, las autoridades penitenciarias construyeron y difundieron la versión de la riña entre presos".

Sin embargo, el resultado de la autopsia coincide con la versión de los presos. "La pelea no existió", dice la Comisión y agrega que "el Estado bonaerense es responsable de la muerte de Rey". Para el organismo la muerte de Rey fue lo que provocó la protesta y el reclamo de los detenidos.

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El organismo -que intervino como negociador entre el gobierno y los internos del penal- hizo un relato de los hechos que se aleja de la versión oficial. Asegura que a partir de la detección del primer caso de coronavirus en un interno de la unidad 42 de Florencio Varela (lindante a la 23 donde ocurrió la revuelta) se difundió un audio atribuido a un médico de salud penitenciaria que aseguraba que muchos se iban a contagiar y a morir.

Esto provocó el reclamo de dos detenidos alojados en el pabellón de máxima seguridad que, como protesta por la demora judicial en resolver su situación, se subieron al techo de un pabellón.

Télam

Allí es donde el Servicio Penitenciario Bonaerense comenzó a reprimir de manera brutal, lo que motivó que otros detenidos se sumen a la protesta. En el marco de esta represión Federico Rey fue alcanzado producto de, al menos, una bala de plomo. Además, sufrió varias heridas de postas de goma disparadas a corta distancia.

De inmediato -siempre según el relato de la CpM- las autoridades de la Unidad comenzaron a encubrir el hecho haciendo pasar el asesinato como resultado de una pelea entre internos. "Sabiendo la falsedad de la versión y a modo de protesta, los detenidos tomaron los pabellones y subieron a los techos", sostiene el organismo.

Cambios en la cúpula de la cárcel

Tras la difusión de los resultados de la autopsia por parte de la Comisión, el gobierno de la provincia anunció que se dispuso el relevo del director de la cárcel, los tres subdirectores y el jefe de la Sección Vigilancia y Tratamiento, mientras que avanza el sumario administrativo en que se determinará las responsabilidades de los agentes que participaron del incidente fatal.

Además, se puso a disposición de la fiscalía que investiga el homicidio todas las escopetas utilizadas en el procedimiento y las vainas servidas secuestradas en el establecimiento carcelario.

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Según el SPB, los instructores judiciales ya tienen en su poder las escopetas utilizadas por los integrantes del Grupo de Intervención especial (GIE) y los de la Guardia de Seguridad Exterior.

Además, el gobierno también coincidió en que la autopsia determinó que el cuerpo del interno fallecido tenía ocho impactos compatibles a postas de goma y al menos uno de plomo, y que no presentaba heridas punzantes.

"Vamos a avanzar con la investigación hasta las últimas consecuencias. La utilización de proyectiles de plomo no está permitida dentro de las cárceles. Se utiliza en la seguridad perimetral, solo en casos extremos y para repeler agresiones externas", afirmó el titular del Servicio Penitenciario, Xavier Areses.

La investigación penal está a cargo de la fiscal Roxana Giménez, a cargo de la UFI 9 de Quilmes y el Ayudante Fiscal Cristian Granados, bajo la supervisión del Juez de Garantías Marcelo Villagra, titular del Juzgado de Garantías 8.